Con un mapa fragmentado, el recinto porteño tendrá múltiples bloques y ninguna mayoría clara. La fuerza de Santoro quedó primera, Adorni sorprendió con un crecimiento veloz y el PRO retrocedió a mínimos históricos.
La elección legislativa en la Ciudad de Buenos Aires reconfiguró por completo la composición de la Legislatura. El nuevo escenario muestra una fuerte dispersión: ninguna bancada tendrá quórum propio y todas deberán tejer alianzas para avanzar con proyectos. El frente Es Ahora Buenos Aires, que encabezó Leandro Santoro, fue la fuerza más votada y sumó 10 bancas nuevas, con lo que alcanzó un bloque de 20 legisladores. La Libertad Avanza, con Manuel Adorni al frente, logró un crecimiento meteórico: obtuvo 11 bancas y quedó como segunda minoría, con 13 escaños en total.
El PRO, en cambio, sufrió un revés inédito en su bastión histórico. La lista que lideró Silvia Lospennato apenas retuvo 5 de las 6 bancas que ponía en juego y su bloque se redujo a 11 integrantes, perdiendo por primera vez la posibilidad de bloquear por sí solo cualquier intento de juicio político. Por fuera de las principales fuerzas, Horacio Rodríguez Larreta regresó con su espacio Volvamos Buenos Aires, que sumó 3 bancas y se ubicó entre los bloques no alineados, junto a otras minorías.
En los márgenes del nuevo esquema, el Frente de Izquierda retuvo presencia con 2 legisladoras, mientras que UCR-Evolución no logró renovar sus bancas y se quedó con 5 escaños. El nuevo mapa obliga a negociaciones constantes: ninguna fuerza alcanza por sí sola los 31 votos necesarios para el quórum, lo que anticipa una Legislatura de consensos forzados y disputas abiertas.
